IA: el reto es «usarla bien» y potenciar »loc genuinamente humano» INFORME PUBLICADO POR EMPATALLADOS

 Santiago Carretero Sánchez
Profesor Titular de Filosofía del Derecho, Abogado

Un análisis jurídico y educativo a partir del estudio "Educar en la era de la IA"

El reciente informe Educar en la era de la IA, publicado por Empantallados en colaboración con GAD3, pone de manifiesto un fenómeno ya innegable: la inteligencia artificial generativa se ha integrado en la vida académica de los adolescentes. El 85 % de los estudiantes encuestados afirman utilizar la IA al menos una vez a la semana, siendo sus principales usos la búsqueda de información (80 %) y la estructuración de trabajos escolares (60 %).

Este escenario presenta un desafío tanto educativo como jurídico. Mientras que los estudiantes encuentran en estas herramientas una aliada para sus estudios, el profesorado aún no cuenta con una formación adecuada para su aprovechamiento y regulación. La falta de preparación específica genera inseguridad en los docentes, quienes en muchos casos optan por estrategias reactivas como la realización de trabajos en clase para evitar el uso indebido de la IA en casa. Sin embargo, esta medida paliativa no resuelve el problema de fondo: la necesidad de una alfabetización digital integral que contemple el uso ético y responsable de estas tecnologías.

Marco normativo y retos jurídicos

Desde el punto de vista legal, el uso de la IA en el ámbito educativo plantea cuestiones fundamentales en términos de protección de datos, derechos de autor y responsabilidad académica. La normativa europea sobre inteligencia artificial, plasmada en el Reglamento de IA de la UE, establece principios clave como la transparencia y la supervisión humana. Sin embargo, su aplicación específica en el sector educativo aún requiere de interpretaciones claras y directrices concretas.

Uno de los aspectos más preocupantes es el aumento de la deshonestidad académica, un fenómeno que podría verse agravado sin un marco normativo adecuado que regule el uso de herramientas de IA en evaluaciones y trabajos escolares. La jurisprudencia y las políticas educativas deben evolucionar para definir límites y protocolos en este ámbito. Además, también se debe garantizar la protección de datos personales de los estudiantes, dado que muchas de estas plataformas recopilan información sensible.

Formación docente y acompañamiento legal

El estudio revela que seis de cada diez docentes y alumnos consideran insuficiente la formación en IA dentro de los centros educativos. La regulación y la supervisión del uso de la IA no pueden recaer exclusivamente en las familias, ya que muchas veces los propios adultos carecen de conocimientos suficientes sobre estas tecnologías. Como indica el profesor César Poyatos, "el único sitio donde el desarrollo de la competencia digital está regulado y mediado por un profesional es la escuela". En este sentido, es fundamental que las administraciones educativas establezcan planes de capacitación para los docentes, asegurando que comprendan no solo el potencial técnico de la IA, sino también sus implicaciones éticas y jurídicas.

Conclusión: la IA como herramienta, no como sustituto

El reto no radica en prohibir el uso de la IA en la educación, sino en enseñar a utilizarla de manera crítica y responsable. Como señala Elena Martínez, directora general de Empantallados, "cuanto más potente es la tecnología, más necesaria es la ética". Es fundamental que la regulación académica y jurídica de la IA en la educación garantice que esta herramienta potencie el aprendizaje sin menoscabar el esfuerzo, la reflexión crítica y la integridad académica de los estudiantes.

En definitiva, la inteligencia artificial debe ser una aliada del conocimiento, no un atajo para evitar el esfuerzo intelectual. La solución pasa por una regulación adecuada, formación docente y la implementación de protocolos éticos que aseguren su uso responsable en el aula y en la sociedad.

FUENTE: ALFA Y OMEGA, 3 de abril de 2025