Santiago Carretero Sánchez

Profesor Titular de Filosofía del Derecho

Aprovechando una entrevista con una experta de Open AI, extraigo una seríe de conclusciones y es que la transformación impulsada por la IA es inevitable, pero no apocalíptica. Como señala Karina Nguyen, el éxito dependerá de cómo los profesionales —abogados incluidos— aprovechen esta tecnología para potenciar sus capacidades únicas. "La incertidumbre no debe paralizar, sino motivar una reinvención centrada en lo humano". En lugar de temer la obsolescencia, el reto es construir un futuro donde la IA amplifique, no limite, el potencial profesional.  Cito la fuente,  elEconomista (14/02/2025).

La paradoja de la IA: eficiencia versus incertidumbre  

La IA ha demostrado ser una herramienta poderosa para optimizar procesos, desde análisis de datos hasta la generación de contenido. No obstante, su avance ha generado inquietud sobre la sustitución de roles tradicionales. Nguyen reconoce este temor, pero subraya que el verdadero riesgo no está en la tecnología, sino en la incapacidad de adaptarse a ella.  Según la experta, la clave reside en identificar las habilidades humanas que la IA no puede replicar y potenciarlas, pero quede claro que no todos tenemos que ser graduados en ciencias de la computación.  

 

Nguyen destaca cinco competencias esenciales para destacar en la era digital:  

1. Creatividad e innovación: La capacidad de resolver problemas con enfoques originales y diseñar soluciones emocionalmente resonantes.  

2. Pensamiento crítico: Evaluar y contextualizar la información generada por IA, evitando la dependencia acrítica de sus resultados.  

3. Comunicación y liderazgo: Dirigir equipos multidisciplinares y transmitir ideas de manera persuasiva en entornos tecnológicos.  

4. Empatía: Comprender necesidades humanas, gestionar conflictos y personalizar servicios, especialmente en sectores como el derecho, donde la sensibilidad es clave.  

5. Adaptabilidad: Aprender continuamente y ajustarse a nuevos roles en un mercado en constante evolución.  

Hemos de decir- no porque estemos en una publicación sobre humanismo tecnológico- que son los principios de esta línea de trabajo los que se comparten.

IA como aliada, no como rival: este pensamiento  es clave para entender la situación. Para Nguyen, el enfoque no debe ser competir con la IA, sino integrarla como una herramienta que aumente la productividad y libere tiempo para tareas de mayor valor añadido. “La IA no reemplazará a los humanos; hará que los humanos sean más poderosos que nunca”, afirma. Ejemplo de ello son sus limitaciones actuales —como errores en la generación de imágenes o textos—, que requieren supervisión humana para corregirse. La batalla ética es fundamental y tiene que ser el humanismo tecnológico el que se predice hasta la saciedad.  


### **Implicaciones para el sector jurídico**  

En el ámbito legal, este debate adquiere relevancia práctica. Mientras la IA puede agilizar labores como la revisión documental o la búsqueda de jurisprudencia, **el ejercicio del derecho seguirá demandando habilidades humanas irremplazables**: interpretación normativa contextualizada, negociación basada en empatía y argumentación creativa ante tribunales. La adaptación, en este caso, implicará formar profesionales capaces de combinar destrezas técnicas con soft skills.  


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