El laberinto del compliance digital: IA, ciberseguridad y el reto normativo para las empresas
Santiago Carretero Sánchez
Profesor Titular de Filosofía del Derecho, Abogado
El entorno normativo europeo en materia digital ha evolucionado rápidamente en los últimos años. Desde la aprobación del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) en 2018, la UE ha continuado expandiendo su regulación con nuevas normativas como la Ley de Servicios Digitales (DSA), la Ley de Mercados Digitales (DMA), el Reglamento de Inteligencia Artificial (RIA) y la Directiva NIS2. Estas regulaciones buscan garantizar la seguridad jurídica, la protección de datos y la ciberseguridad, pero también imponen un alto coste de cumplimiento para empresas y asesores jurídicos.
Según Joaquín Muñoz, socio de Bird & Bird España, “las grandes corporaciones están obligadas a cumplir con todas estas normas, lo que representa una carga regulatoria significativa. Aunque el objetivo es proteger derechos y reducir riesgos, la implementación es un desafío para muchas empresas, especialmente las de tamaño medio, que deben destinar recursos adicionales para adaptarse a estos cambios” esto lo leemos en ECONOMIST & JURIST de hoy 25 de febrero de 2025.
Uno de los aspectos más complejos es la ciberseguridad empresarial, que ha cobrado aún más importancia con la entrada en vigor de la Directiva NIS2. A diferencia de la NIS1 de 2016, que solo afectaba a operadores esenciales, la NIS2 amplía su alcance a más sectores e impone multas de hasta 10 millones de euros en caso de incumplimiento. Además, introduce requisitos estrictos como la notificación de incidentes en 24 horas, la responsabilidad directa de la alta dirección y una mayor cooperación entre los Estados miembros.
Otro reto clave es la regulación de la inteligencia artificial, especialmente en lo relativo a la responsabilidad por los daños que puedan causar los sistemas de IA. Con la reciente aprobación del Reglamento de Inteligencia Artificial (RIA) en 2024, las empresas deben garantizar que sus modelos cumplan con exigencias de transparencia, seguridad y homologación. Además, la Comisión Europea está explorando la responsabilidad legal en casos de IA defectuosa, lo que puede abrir una nueva ola de litigios en el futuro.
Frente a este escenario regulatorio, la gestión del compliance digital se ha convertido en una prioridad estratégica. Las empresas deben adoptar una visión integral y proactiva, diseñando planes de cumplimiento que les permitan adaptarse a las nuevas exigencias sin comprometer su competitividad. Como señala Muñoz, “más allá de evitar sanciones, el cumplimiento normativo debe ser visto como una inversión en seguridad, reputación y resiliencia en el ecosistema digital actual”. Recordemos que todo esto tiene un proceso que nació de la Directiva N1S1.
Directiva NIS1: El primer marco de ciberseguridad en la UE
La Directiva NIS1 (Network and Information Security Directive) fue aprobada el 6 de julio de 2016 y transpuesta a la legislación de los Estados miembros en mayo de 2018. Fue la primera normativa europea en establecer un marco legal para la ciberseguridad, con el objetivo de mejorar la resiliencia de las infraestructuras críticas y la cooperación entre países de la UE.
Puntos clave de la NIS1:
- Primer marco de ciberseguridad a nivel europeo, aplicable a operadores de servicios esenciales (energía, transporte, salud, agua, banca) y proveedores de servicios digitales.
- Obligación de medidas de seguridad adecuadas y de notificar incidentes relevantes a las autoridades nacionales.
- Creación de CSIRTs (Equipos de Respuesta a Incidentes de Seguridad Informática) para coordinar la gestión de amenazas.
- Cooperación entre Estados miembros mediante un Grupo de Cooperación y la Red de CSIRTs.
- Dificultades en su aplicación, ya que algunos sectores quedaron fuera de su ámbito y la fragmentación en la implementación nacional generó desigualdades.
La NIS1 sentó las bases, pero su alcance fue insuficiente ante la creciente sofisticación de los ciberataques. Por ello, la UE aprobó la Directiva NIS2 en 2022, con un marco más exigente y sanciones más severas.
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