QUÉ NOS ESTÁ PASANDO CON LA IA: REFLEXIONES DE UN PROFESOR DE FILOSOFÍA DEL DERECHO
Estamos en un momento de conmoción. No queremos ver lo que viene y lo que viene quizás no nos guste, pero el ser humano enfrenta problemas antes no conocidos. La IA, las, máquinas que deberían hacernos más fácil el devenir humano nos traen problemas, de orden, de cultura, de trabajo, de geopolítica...sólo pensábamos en la salud y en la comodidad administrativa. Pero debemos parar: reflexionar. La persona como concepto filosófico, cartesiano, ciceroniano, ese sujeto de voluntad e inteligencia, y moral (como quería Kant), capaz de lo malo y de lo peor como nos dijera Kafka. Y este devenir no para, es cada día, crece y sólo vemos la sombra bélica de estos progresos, nuestra incapacidad porque unos pocos manejados por otros pocos que no conocemos, nos mandan tener miendo. La IA es otra modalidad de miedo que debemos enfrentar, por ello, la insistencia de los principios del humanismo, de los valores, sean estos ético o adscritos a religiones diversas, porque tampoco podemos poner como juego el planteamiento europeo como vigente, las potencias nos lo dejan claro. La honestidad, el estudio, la buena fe, la preparación no deben disminuir por esta llegada masiva de máquinas, leamos, aprendamos, gocemos de un buen libro o de una película o poesía, espacios que ya no son vírgenes para la IA, que invade todo, hasta el mundo emocional, pero sepamos que estamos o seguimos estando ante una realidad finita, limitada de nuestra existencia, con lo que entendemos que, tampoco la IA nos dará la inmortalidad. Usemos esa IA para la reflexión, para el cuidado del planeta, del bien común, el hombre tiene en sus manos no ser el lobo que fue y sigue siendo, tiene en sus manos la posiblidad de crear un mundo mejor, pero depende de unos pocos, unos pocos dirigidos por otros, que aún son menos y desconocidos. Usemos la IA para el beneficio de la humanidad para que esa ley universal que pensara el filósofo alemán universal sea de bien común, ese concepto que estamos abandonando, pero sólo si lo recuperan esos pocos, que, mandan sobre muchos.
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