Democracia, Derecho y Complejidad: claves filosóficas desde la reflexión de Daniel Innerarity de imprescindible lectura

 Democracia, Derecho y Complejidad: claves filosóficas desde la reflexión de Daniel Innerarity

Santiago Carretero Sánchez, Profesor Titular de Filosofía del Derecho, URJC

En una entrevista reciente concedida a Otrosí, el filósofo Daniel Innerarity ofrece una serie de reflexiones fundamentales sobre los desafíos que enfrentan las democracias contemporáneas. Su diagnóstico se sitúa en la intersección entre filosofía política, tecnología y Derecho, lo que lo convierte en un referente imprescindible para pensar la arquitectura institucional del presente y del futuro. A continuación, se analizan los ejes vertebradores de su pensamiento expuestos en la entrevista.

1. Democracia compleja y gobernanza

Innerarity sostiene que las democracias actuales carecen de herramientas adecuadas para enfrentar los desafíos estructurales del siglo XXI. Su teoría de la “democracia compleja” denuncia la rigidez de las categorías políticas e institucionales frente a fenómenos globales como el cambio climático o la gobernanza algorítmica. Requiere una transformación profunda de los sistemas de gobierno hacia esquemas más reflexivos y adaptativos. Esta demanda se acentúa en el contexto de la Unión Europea, cuya unidad —según el autor— es siempre precaria, pero, una vez lograda, se convierte en un valor político de gran potencia.

2. Despersonalización de la política

Frente a la excesiva personalización de la política contemporánea, Innerarity aboga por reforzar las instituciones y los procedimientos, de modo que la democracia no dependa del carisma de líderes excepcionales, sino de estructuras sólidas capaces de resistir el paso de malos gobernantes. Esta visión institucionalista representa una apuesta por una política racionalizada, guiada por normas estables y no por impulsos populistas o mediáticos.

3. Ciudadanía y participación

La democracia no se agota en la presencia inmediata del pueblo en la toma de decisiones. Innerarity advierte contra la ilusión populista de una participación directa sin mediaciones. La representación, los partidos y otras instancias deliberativas son imprescindibles para construir una voluntad política plural. La ciudadanía activa es, por tanto, más sofisticada de lo que los discursos demagógicos quieren hacer creer, y su presencia debe entenderse como estructurada y mediada, no como aclamación espontánea.

4. Polarización y redes sociales

Uno de los elementos más críticos de su análisis es el fenómeno de la polarización política, que no ve tanto como una fractura real, sino como una estrategia de las élites. Las redes sociales, si bien han horizontalizado el debate público, también han generado desinformación y ruido. La falta de escucha activa y el sesgo de confirmación son obstáculos para una cultura democrática del disenso racional. El diálogo, afirma, no es un gesto de condescendencia, sino una herramienta cognitiva indispensable para el aprendizaje democrático.

5. Tecnología y democracia

Innerarity cuestiona la llamada “democracia algorítmica”, advirtiendo que los problemas políticos no deben ser trasladados a soluciones tecnológicas. La automatización sin deliberación puede erosionar la legitimidad democrática. Subraya que la infraestructura tecnológica debe ser compatible con principios como la inclusión, la diversidad y la no discriminación. La transformación digital requiere, en su opinión, dos condiciones básicas: reflexividad —es decir, no excluir el debate— e inclusión social efectiva.

6. El papel de los juristas

El Derecho, históricamente anclado en una lógica analógica, se ve hoy interpelado por la aceleración tecnológica. Innerarity invita a los juristas a repensar conceptos como la privacidad, la equidad o la justicia en contextos digitales. Lejos de sacrificar estos valores, se trata de reinterpretarlos en clave contemporánea. Esta tarea exige una apertura intelectual hacia otros saberes, especialmente la filosofía política, como marco normativo para encauzar los dilemas que plantea la transformación tecnológica.

7. Gobernanza colaborativa y respuestas a la crisis

Pese al avance del lenguaje del poder y la unilateralidad, el filósofo subraya que las crisis globales impulsan fórmulas de gobernanza colaborativa. Como ejemplo, destaca los mecanismos extraordinarios adoptados por la UE tras la crisis financiera y la pandemia. Las crisis, lejos de ser meras amenazas, pueden constituir laboratorios de innovación política si se abordan desde la cooperación multinivel.

8. Filosofía política y pensamiento complejo

Formado en la tradición de Habermas, pero con una trayectoria ecléctica que incluye influencias de la hermenéutica y la teoría de sistemas, Innerarity ha desarrollado una teoría de la complejidad democrática. Su objetivo ha sido siempre el mismo: pensar cómo gobernar un mundo plural, incierto y en transformación constante. En su última obra, Una teoría crítica de la inteligencia artificial, analiza las posibilidades de democratizar ámbitos tradicionalmente opacos como la tecnología, la economía o las migraciones.

9. Una invitación al pensamiento jurídico-crítico

Finalmente, Innerarity lanza una advertencia que debe resonar con fuerza en las facultades de Derecho: quien solo sabe de Derecho, ni siquiera sabe de Derecho. Esta sentencia resume su propuesta: el pensamiento jurídico no puede prescindir de la filosofía política si pretende comprender y transformar el mundo actual. La complejidad de los fenómenos exige un abordaje interdisciplinar que trascienda la dogmática jurídica tradicional.

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