La fractura educativa provocada por la inteligencia artificial: entre la fascinación y la resistencia

 

La fractura educativa provocada por la inteligencia artificial: entre la fascinación y la resistencia

Por Santiago Carretero Sánchez, Profesor Titular de Filosofía del Derecho de la Universidad Rey Juan Carlos, Abogado del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid


Introducción

La irrupción de la inteligencia artificial en el ámbito educativo ha generado una fractura profunda en las prácticas docentes tradicionales. Desde la aparición de ChatGPT en 2022, el sistema educativo se ha visto sacudido por una tecnología que, si bien promete eficiencia y personalización, también pone en jaque los fundamentos del aprendizaje crítico y reflexivo. En su obra IA y Educación. Una relación con costuras, Tíscar Lara y Carlos Magro advierten que la IA no es una solución mágica, sino una herramienta que puede amplificar las debilidades estructurales del sistema si no se aborda con rigor pedagógico.

Las promesas de la IA bajo escrutinio

Las promesas de productividad, automatización y personalización que acompañan a la IA educativa han sido recibidas con entusiasmo por algunos sectores. Sin embargo, Lara y Magro sostienen que estas promesas están mal planteadas y pueden acelerar el colapso del modelo educativo tradicional. La automatización de tareas, lejos de liberar tiempo para el pensamiento crítico, puede fomentar la superficialidad en el aprendizaje. La personalización algorítmica, por su parte, corre el riesgo de encasillar a los estudiantes en perfiles estáticos, limitando su desarrollo integral.

Experiencias docentes: entre la adaptación y la resistencia

Frente a este panorama, varios docentes han optado por reformular sus metodologías. Alejandro Néstor García, profesor de sociología en la Universidad de Navarra, ha transformado sus clases en espacios de análisis y discusión, utilizando la IA para que los estudiantes lleguen preparados con la teoría digerida. María del Mar Sánchez Vera, en la Universidad de Murcia, apuesta por exámenes orales y simulaciones prácticas que ponen a prueba la capacidad argumentativa de sus alumnos. Charo Fernández Aguirre, en la Universidad de Nebrija, cuestiona la validez de los trabajos finales tradicionales en la era de la IA.

En el ámbito de la educación primaria, María Fernández Gago enseña a sus alumnos cómo funciona la IA, promoviendo una competencia digital crítica. Javier Monteagudo utiliza herramientas generativas para estimular la creatividad visual, mientras que Javier Prada, docente de FP en Sevilla, inicia sus clases con alfabetización digital para comprender el funcionamiento de los modelos de lenguaje. Estas experiencias muestran que la IA puede ser una aliada si se integra con criterio pedagógico y no como sustituto del pensamiento.

Reflexión final

La pregunta que todos los docentes se hacen es: ¿Qué queremos que nuestros alumnos aprendan? En un contexto marcado por la fascinación tecnológica, es urgente recuperar el valor del criterio, la reflexión y la curiosidad como pilares del aprendizaje. La IA no debe ser el centro del proceso educativo, sino una herramienta que potencie la autonomía intelectual de los estudiantes. La fractura provocada por la IA puede convertirse en una oportunidad si se aborda desde la resistencia crítica y la innovación pedagógica.

Lara, Tíscar; Magro, Carlos. IA y Educación. Una relación con costuras. Trama Editorial, 2025. ISBN: 979-13-990271-9-8.

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