GenAI.mil y la militarización avanzada de la IA: integración de Gemini en la estrategia tecnológica de EE. UU

 GenAI.mil y la militarización avanzada de la IA: integración de Gemini en la estrategia tecnológica de EE. UU.

Autor: Santiago Carretero, Profesor Titular de Filosofía del Derecho, Universidad Rey Juan Carlos

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La decisión del Departamento de Defensa de Estados Unidos de integrar Gemini —el modelo de inteligencia artificial de Google— en su nueva plataforma GenAI.mil representa un punto de inflexión en la relación entre IA y defensa. Esta apuesta se enmarca en la denominada Misión Génesis, iniciativa estratégica impulsada por la administración Trump para recuperar el liderazgo tecnológico global mediante la aceleración de capacidades científicas, energéticas, innovadoras y, de forma muy destacada, militares.

1. GenAI.mil: arquitectura estratégica para la defensa digital

GenAI.mil nace como plataforma de inteligencia artificial de vanguardia orientada a la modernización del ecosistema militar estadounidense. Su elemento más relevante es la adopción inicial de Gemini for Government, versión adaptada del modelo de Google Cloud para entornos gubernamentales que cumple estándares de seguridad reforzada (CUI e IL5).

La integración busca transformar procesos operativos: análisis masivo de datos, automatización de tareas administrativas, planificación logística y apoyo a la toma de decisiones. La perspectiva del Departamento de Guerra —nueva denominación oficial— es clara: la IA deja de ser un elemento auxiliar para convertirse en un componente estructural del poder militar.

2. Capacitación universal en IA: doctrina y despliegue

El despliegue de Gemini en todos los equipos del Pentágono y en instalaciones militares globales se acompaña de un programa formativo obligatorio. La finalidad es unificar la cultura digital del personal civil, militar y contratista, de manera que todos adopten metodologías de trabajo centradas en IA, coherentes con el Plan de Acción de IA aprobado al inicio de año.

El enfoque pedagógico insiste en un uso seguro y controlado de estas herramientas, garantizando entornos de entrenamiento supervisados y reforzando las exigencias de trazabilidad, integridad del dato y protección de información sensible.

3. La IA como fuerza de combate

La declaración del Secretario de Guerra, Pete Hegseth, es reveladora: Estados Unidos “está apostando por la inteligencia artificial como fuerza de combate”. Este posicionamiento refleja un cambio doctrinal profundo. La IA ya no es sólo un multiplicador de eficacia; se convierte en un factor autónomo de poder militar.

En paralelo, voces del sector tecnológico y de la industria armamentística —como Elon Musk o Palmer Luckey— muestran cómo la guerra futura se define por sistemas autónomos, armas guiadas por IA y decisiones de letalidad cada vez más automatizadas. Desde rifles de precisión controlados por ordenador que “simplemente no fallan” hasta la crítica moral contra municiones incapaces de discriminar objetivos, el debate ético se superpone al estratégico.

4. Dimensión jurídica y geopolítica

La incorporación de modelos avanzados como Gemini plantea cuestiones jurídicas de máximo calado:

• responsabilidad por decisiones automatizadas en entornos bélicos;

• reglas de enfrentamiento aplicables a sistemas autónomos;

• control humano significativo en la cadena de letalidad;

• compatibilidad con el Derecho Internacional Humanitario y el Derecho de los Conflictos Armados.

Asimismo, el paso de Estados Unidos presiona a otras potencias a acelerar sus propios programas de IA militar, generando una dinámica de carrera tecnológica que puede tensionar aún más el equilibrio internacional.